Gracias, Laura, por abrirnos las puertas de tu casa con tanta generosidad y amabilidad; por esas delicias caseras hechas por tan inconfundibles manos y que además nos llevamos en bolsitas individuales y en receta; por la Tote Bag maravillosa con la ovejita; por dejarnos palpar y mirar las lanas in situ y por resistir con tan buena cara que 35 señoras ocupemos tiempo y espacio en un momento tan especial para ti; por el descuento en la web; por tener ocasión de oler las rosas «melocotón» y ver a las Pita Hut, Tele Pita, Silky y compañía.

Y gracias también a Pablo porque, aunque no tuve ocasión de saludarle, estuvo en todo momento atento y pendiente para que no nos faltara de nada. En serio: esto no tiene precio, es que ni simbólico.

Os deseo una feliz experiencia con «el merecumbé» que viene. Vais a ser unos padres muy molones.

Besos gigantes.