«¿TEJER ES TERAPIA?»

Llevo 2 semanas sin coger las agujas. Desde una perspectiva «usuario», ya no me torturo desde hace meses cuando me pasa esto. Los hobbies son para disfrutarlos y habrá momentos en los que me apetece más leer, dibujar, o incluso hacer puzzles que tejer. Pero desde la perspectiva de persona que gana su sustento a través del tejido, no puedo decir que no sea un problema. Tradicionalmente ligado a la intimidad, la mujer y el ámbito doméstico, no terminamos de asumir que tejer puede ser un trabajo. Un trabajo real. Así que este texto lo escribe al 50% la Laura que teje porque le gusta, y al otro 50% la Laura que se dedica a ello profesionalmente. Y las dos están siempre en permanente conflicto la una con la otra.

Desde hace unos años venimos jugando con el hashtag #tejeresterapia o #tejereselnuevoyoga. Quiero pensar que nunca me leísteis a mí utilizando esos «palabros» porque siempre me parecieron peligrosos. Creo firmemente que tejer ayuda, que puede llegar a reconfortar en momentos difíciles, a desarrollar la capacidad de concentración, e incluso a fomentar la autonomía o la creatividad. Pero no es una terapia ni va a solucionar los problemas en tu vida. Es más, creo que en personas obsesivas, nerviosas o incapaces de gestionar sus frustraciones, puede ser dañino, más que beneficioso. No es difícil que se te vaya de las manos o te obsesiones con el «una vuelta más y paro». Es mentira, no paras.

Por otro lado, las tiendas de hilados modernas (o al menos la mía según yo la concebí desde los inicios) nos hemos convertido en una suerte de dispensadores de soporte emocional 24/7. Y las redes sociales contribuyen a esta idea. No te voy a contar si encima tienes un bar – taller. No estás sólo comprando lana, estás comprando tiempo de otra persona que te escucha, te entiende, y te ayuda a escoger entre un rosa alelí o un rosa francés mientras le puedes contar tus dudas sobre cualquier otro aspecto relevante de tu vida. Esto quedó patente durante la cuarentena de marzo del año pasado, y la sombra de un segundo confinamiento (más light, pero confinamiento físico y psicológico al fin y al cabo) acecha de nuevo. Por mi parte, por mi propia salud mental, no sé qué más puedo hacer más que identificar mis propios errores y no volver a repetirlos, y sobre todo, establecer horarios y canales de atención al público claros para no colapsar. Espero que esta vez sea más fácil para todos.

Cuando tenía una tienda física, antes de reorganizarme y adaptarme al mundo online, algún médico del centro de salud mental de mi ciudad decidió que era buena idea enviar sus pacientes a mi tienda-café. Y no hablamos de cuadros clínicos leves, precisamente. Por mi parte, siempre encantada de ayudar y trabajar en integración porque es algo necesario y enriquecedor, pero cuando sientes que te faltan las herramientas o la formación, se convierte en una carga. Así sucedió que hace 2 años tuve que denunciar en comisaría a una ex – alumna que me perseguía por la calle y me enviaba emails amenazadores. Lo siento, no monté un negocio para esto.

Así que por favor, cuidado con volcar nuestras angustias en el lugar equivocado. Cuidado con esa dependencia emocional y por favor aceptemos de una vez que la salud mental es parte importante de nuestras vidas. Aprendamos a respirar, a que si no me sale a la primera, a la segunda o a la tercera no pasa nada, a que si mi paquete tarda más de 24h no monto dramas, y en definitiva, a que si no me hace feliz, no es para mí. El tejido es algo bonitísimo si lo practicamos desde hábitos saludables. Las redes sociales también pueden serlo si las usamos con responsabilidad. Y todo junto, de manera sana, contribuye a crear una comunidad acogedora, cálida, integradora. Esa ha sido siempre mi meta (no me atrevo a decir que lo haya conseguido), online y offline, y espero tener la oportunidad de seguir trabajando en ello durante muchos años más.

Fotos: Nieves Álvarez

Hilo: Midnatssol de Camarose

Deja un comentario:

  1. Minia 27 enero, 2021 at 2:07 pm - Reply

    Hola Laura!
    No puedo estar más de acuerdo contigo. Me identifico con lo que cuentas pero trasladándolo al bordado. Empecé haciéndolo por hobbie y se ha convertido en un trabajo así que ahora los momentos en los que busco desconectar he vuelto a tejer. Me quedo de piedra con el tema del médico que enviaba pacientes a tu local ?
    Mucho cuidado ?
    Para mí es terapéutico porque me ha ayudado a evadirme en situaciones en las que lo necesitaba pero siempre desde la calma :)

    Abrazo grande! ❤️☺️

    • Mimosa 27 enero, 2021 at 4:24 pm - Reply

      Gracias Minia por escribirme :)
      Así es, cuando el hobby se convierte en curro ya no es hobby, pero está muy guay que hayas sabido identificarlo (a mí me costó mucho y todavía tengo mis dudas) y hayas conseguido otra vía de escape, igual de creativa e inspiradora y relacionada con lo que te gusta.
      Un abrazo gordo, gordo
      L

  2. Maria 27 enero, 2021 at 2:53 pm - Reply

    Muy de acuerdo contigo. Lo expresaste muy bien, desde mi punto de vista. No podemos dejar de tener claro lo que es un hobby y lo que supone tenerlo y desarrollarlo y lo que es trabajo, tambien lo que es terapia.
    Creo que tejer como terapia cuando tienes un problema a nivel mental debe ser dado por algun monitor formado para ello o preparado y es diferente de hacerlo como evasion y relax.
    Saludos

    • Mimosa 27 enero, 2021 at 4:26 pm - Reply

      ¡Gracias María!
      Eso es, los hobbies son para pasárselo bien, a mí me costó mucho esa transición entre que me gustase tejer en mis ratos libres a que pasase a ser mi trabajo. Me frustró mucho, me apetecía todo. Por suerte creo que ahora ya aprendí a manejarlo.
      Un abrazo fuerte :)

  3. Laura 27 enero, 2021 at 3:12 pm - Reply

    Muy buena reflexión Laura..desde mi experiencia para mi si ha sido terapia en ciertas ocasiones para mí muy difíciles, al menos la definición que yo entiendo como tal. Pero no es lo que me mantiene viva, en el sentido que no me crea dependencia. No es bueno en general crear dependencias. Me sienta bien, me gusta, pero no me obsesiona. Me ayuda a centrarme en el ahora (sí lo veo de alguna manera como yoga o mindfulness porque son técnicas que como tales también práctico, aunque no sean exactamente lo mismo, estos conceptos son más amplios que «estar en una esterilla») y me son necesarias en este loco ritmo de vida (junto con otras aficiones)..y no lo recuerdo pero quizás si haya usado el hashtag…pero porque para mí tenía valor, no por «postureo».

    • Mimosa 27 enero, 2021 at 4:29 pm - Reply

      Hola Laura, qué bueno leerte por aquí :)
      El tema de la dependencia es chungo y qué bueno que sabes identificarlo y manejarlo. Yo entro en barrena con cualquier cosa nueva nivel que me obsesiono muy fuerte… y al poco tiempo me aburro. Ahora estoy a tope con los puzzles, no te digo más. Teniendo claro esto, creo que bien llevado puede ser muy válido, claro, y muy terapéutico para quien lo practica. Pero si no tienes la cabecina bien amueblada… complicado.
      Un abrazo fuerte para vos
      L

  4. Ana 27 enero, 2021 at 3:13 pm - Reply

    Yo creo que hay grados y grados de terapia, así como hay grados y grados de necesidades y/o trastornos mentales. Hay terapias suaves para problemas leves, y terapias fuertes para problemas más graves. Tanto en lo mental como en lo físico. Para mí tejer/ganchillear es terapia? Sí. Mis necesidades mentales son un poco de desconexión y realizar un trabajo manual que genere un producto físico, porque en mi vida laboral no salgo del portátil y las hojas Excel. Si yo tuviera un trastorno mental diagnosticado, sería mi terapia? Pues muy probablemente no. En todo hay grados, yo sí abrazo el hastagh #tejereselnuevoyoga. Un abrazo

  5. motagirl2 27 enero, 2021 at 3:40 pm - Reply

    Yo empecé a tejer, literalmente, cuando en plena «crisis depresiva» mi psicólogo me pasó una lista de «hobbies» y me obligó a elegir un par y ponerme con ellos jaja
    La elección fue un poco a dedo (no me llamaba la atención ninguno de la lista), y porque mi madre me dijo «Oye, escoge tejer si quieres, yo te puedo enseñar». Y digo y hecho: esa misma tarde me cogió de una oreja y me llevó a una tienda de lanas jaja. Así que sí, para mi, tejer fue terapia jaja Me relaja bastante y me ayuda a no pensar en otras movidas cuando estoy con ansiedad, y siento que «hago algo» cuando estoy baja de ánimos.
    Obviamente, sin ayuda profesional no servirá de mucho (fatal el médico que te enviaba a la gente a la tienda), pero como complemento a la medicación y a una terapia de verdad, para mi ha sido genial :)

  6. Eva 27 enero, 2021 at 7:40 pm - Reply

    Hola Laura,
    Como ya han dicho por aquí arriba, no puede sustituir a una terapia guiada por un especialista, pero si puede complementarla. Hobbies creativos se ha visto que pueden aumentar la autoestima.
    A mi me ayuda porque me despeja la mente, aunque sí tengo que confesar que desde el otoño estoy un poco psá y me apetece menos coger el ganchillo. Conjunción de mucho tiempo metidos en casa, falta de contacto (físico) con familia y amigos, parte oscura del año, agotamiento laboral y coronal. En general, cansancio de todo.
    En cualquier caso, recuerdo un tiempo malo en el trabajo donde mi jefe ignoraba mis opiniones pero luego me echaba todos los marrones cuando hacer ganchillo en el tren me aclaraba la mente. Combinado con 15 min de meditación cada día despejó el nubarrón.

  7. GloriaJimenez 27 enero, 2021 at 8:55 pm - Reply

    Gracias por tus palabras.
    Para mi tejer es sin duda una terapia que me ha acompañado.ado en los momentos más difíciles de mi vida.
    Mantiene la mente ocupada y es muy satisfactorio ver los resultados de tu trabajo. Siempre regalo mucho o casi todo y me encanta. Ahor estoy tejiendo para mi futura nieta.
    Si algo no sale no pasada se desbarata y se empieza de nuevo. Yo les digo a mis hijos que soy como Penelope( la de la Odisea) haciendo y deshaciendo.
    En fin, es una afición que me enriquece y me completa como persona.
    Acabo de recibir tu pedido y me ha encantado la calidad y los colores tan especiales de las lanas.
    Gracias

  8. María 27 enero, 2021 at 10:10 pm - Reply

    Hola Laura!! En la última Laine hay un artículo de una profe de yoga que hace un paralelismo con sus alumnos de yoga y sus alumnos de puntos y los puntos que tienen en común. Para mi personalmente es un hobbie que me encanta, me reta (en querer aprender técnicas nuevas, etc), pero entiendo que lo he llevado a un extremo cuando tenía 100 proyectos pendientes y un stash-montaña y seguía comprando. No creo que nada llevado a la obsesión sea bueno. Y definitivamente el yoga, nadar, bordar, leer, cocinar lo que sea que nos apasione y que lo hagamos como hobbie nunca suplantarán un psicologo o psiquiatra o medicación que necesitemos. Y mucho menos que traslademos esas obsesiones/frustraciones a quienes nos facilitan la lana, la clase de yoga, etc.

  9. Eli 28 enero, 2021 at 8:54 am - Reply

    Hola Laura!
    Reconozco que he usado esos hashtags porque sí, creo que actividades como tejer, cocinar o hacer puzzles (eso sí que es vicio, una pieza más y paro ;) ) me han servido de terapia para la desconexión digital. Nunca he llegado a obsesionarme con 1000 proyectos ni a agobiarme porque tal o cual montaba una cosa u otra, pero si que agradezco mi ratito de tejer tomando un té, con música de fondo y sin ordenador/teléfono/televisión.

    Sin embargo, hay problemas más profundos que necesitan terapia especializada y lo dificil es reconocerlo, admitirlo y ponerse en manos de profesionales. Aconsejar tejer a alguien con problemas serios de ansiedad es como aconsejar dejar de comer a alguien con obesidad, tan simplista que parece de broma.

    Un beso grande!

Leave A Comment Cancelar la respuesta